domingo, 29 de abril de 2007

Aliro al instante



Aliro Rojas Reyes, el tío Aliro, Rojitas o Aliro Al Instante, por su tremenda voluntad para resolver los problemas de la gente de su comuna, El Bosque. Ha sido el histórico dirigente vecinal de la población Santa Laura, y aunque ya no presida su Junta de Vecinos, es el referente de esa parte de la comuna de El Bosque, que constituye uno de los asentamientos más antiguos de la misma.

Compartiendo un Consomé de Ave con abundante pebre, conversamos con este hombre de pueblo, chispeante, divertido, pero a la vez, inteligente y concreto

¿Cuántos años vives en El Bosque?
Llegamos en 1962 a la Población Santa Laura, que era un sector de viviendas de emergencia construidas por el gobierno de Jorge Alessandri. Eso fue hace 43 años. Eso era San Bernardo, porque El Bosque se fundo en 1992.

¿Dónde estudiaste la enseñanza media?
En el Liceo 14, hoy Juan Gómez Millas. La Básica la hice en la Escuela Tres Marcos, que ya no existe, y que quedaba al interior de la población Santa Laura.

¿Entiendo que hiciste el servicio militar en Pisagua, el año 74, un año duro para chile?
Salí del Liceo y trabaje en varias cosas hasta que por “ser soltero y tener el dedo bueno”, me reclutaron en Septiembre de 1974. Estuve siete meses en el Blindado que quedaba en Avenida Santa Rosa y luego me mandaron a Pisagua , Baquedano e Iquique.

¿Cuántos años fueron?
Un poco más de tres.

¿En que se ocupaba el tiempo?
En cuidar villas y poblaciones. En Santiago, la Santa Olga, la Clara Estrella, la Caro. Pisagua era campo de concentración de prisioneros y en Iquique también cuidábamos a la población de los ”extremistas”

¿Qué aprendiste en el servicio militar?
A manejar, labores administrativas. Hice boxeo y fui tirador escogido.

Ah ¿De ahí la fama de buen tirador?
Unos amigos con los que salgo a Cazar me han hecho la fama, pero es verdad que todavía “donde pongo el ojo pongo la bala”.

Parece que tenías condiciones ¿Por qué no seguiste la carrera militar?
Antes del golpe, me interesaba la carrera militar. Tengo familiares uniformados. Me gustaba investigaciones, pero después del golpe eso cambió, porque yo soy una persona de ideas de izquierda

Laboralmente haz hecho de todo, cuéntame un poco de tu vida en el trabajo.

De vuelta del servicio, a fines de 77 empecé a trabajar en textiles. Estuve en la textil Cedilan, en Garib, Textil Florida. Y empecé a participar en los sindicatos.

¿Cómo llegaste al mundo sindical?
Mi padre que era radical, era además dirigente de los municipales de Providencia. El traía el bichito del sindicalismo. Fui presidente de mi sindicato y llegue a ser dirigente de la Confederación textil, que dirigía el Huaso Manuel Bustos, que en paz descanse.


¿Y la dirigencia vecinal?
Bueno, empezamos en los 80 a democratizar la Junta de Vecinos Santa Laura. Su último presidente lo mataron los militares. Hicimos la Junta de Vecinos (JJVV) democrática y de ahí empezamos a asesorar a otros vecinos para que democratizaran las JJVV de ellos y así. Llegue a ser presidente de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos de El Bosque.


¿En estos casi treinta años de dirigencia social, no todo habrá sido sacrificio, tendrás más de una anécdota sabrosa?
En la textil, durante un paseo a la playa me fui a unas rocas donde llegaba el solcito a dormir la siesta. Estaba bien escondido para que nadie me molestara, porque al dirigente le preguntan de todo, así es que quise descansar. Pero me dormí tan profundo que no me di cuenta que me empezaron a buscar. Me despertaron unas luces de los marino que andaban buscando “al gallo de la textil que se ahogo”. Y claro como nadie me encontró y yo no escuche los llamados, creyeron mis compañeros que me había llevado una ola. Me dieron por muerto por inmersión.


Pero, como dice la cumbia , no estabas muerto, andabas de parranda?
No, solamente estaba durmiendo la siesta. Los marinos y carabineros al encontrarme, se indignaron conmigo porque hasta con buzos y helicópteros me andaban buscando, Me decían que les había hecho perder toda la tarde. Y enojados se fueron. Me dejaron allí, solo con mi traje de baño. Mis cosas se las habían llevado a Santiago mis compañeros de trabajo, que iban lamentando mi muerte. Como no tenía ni polera, ni plata, solamente mi traje de baño, tuve que pedirle a un bus que me llevara a la capital. Luego un micrero me llevó hasta el paradero 30 de la Gran Avenida y de ahí, caminando a mi casa de la Santa Laura. Todo en traje de Baño y a la hora en que mis vecinos se iban a la pega.

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