domingo, 29 de abril de 2007

EL PRECIO DE LOS COMBUSTIBLES Y LA PETROLIZACIÓN DE LA ECONOMÍA CHILENA

Introducción

No cabe duda de que la economía nacional presenta una elevada y creciente dependencia del petróleo. Los elevados grados de concentración de la producción internacional y la casi inexistente competencia de precios de los mercados externos, generan para Chile una situación compleja. A esto se suma que , en el caso de la producción petrolera nacional, la situación no es muy distinta si se compara con los mercados internacionales, ya que las condiciones de oligopolio y la nula competencia entre los productores internos, no hacen mas que reforzar lo delicado de la situación.

Cada semana y cada día, los chilenos, y particularmente los automovilistas, vemos como suben y bajan los precios de los combustibles, con una lamentable tendencia general al incremento. Las autoridades, los parlamentarios y los conductores de noticias nos hablan permanentemente del Fondo de Estabilización de Precios del Petróleo (FEPP) y deben ser escasos los consumidores que tienen alguna idea de lo que significa este relevante concepto para nuestra economía doméstica.

Nuestra dura realidad energética hizo que en 1991 se creara mediante la Ley
Nº 19.030 el FEPP, mecanismo destinado a mantener cierta estabilidad en los precios de los derivados del petróleo en nuestro mercado, intentando atenuar las variaciones de los precios de comercialización de los productos derivados del petróleo en el mercado chileno.
El FEPP se modificó a principios del año 2000, mediante Ley Nº 19.681.

La producción de petróleo y derivados en Chile

Consecuente con las políticas de liberalización económica impulsadas por la dictadura militar, a mediados de los 70, Chile liberalizó el mercado de los combustibles existiendo hoy total libertad para producir, importar, distribuir y comercializar los derivados del petróleo, sin embargo, en la cadena que conforma el sector petrolero, se aprecian altas barreras de entrada y altos grados de concentración , que dificultarían la eficiencia en la asignación de recursos y garantizarían rentabilidades elevadas a las grandes empresas del sector.

Nuestro país ha sido desde siempre un importador petrolero y esto queda marcado claramente en 1983, cuando por vez primera, las importaciones superan a la producción nacional en el consumo de petróleo, debido a que a partir de ese año se empezó a registrar un agotamiento de las reservas del extremo sur del país. A modo de ejemplo podemos señalar que en 1988, la producción alcanzó a 12,1 millones de barriles (MMBBL) y en 1998 llegó a solo 1,8 MMBBL. En igual período, las importaciones pasaron de 30,1 MMBBL a 65,6 MMBBL.

El petróleo que la ENAP explota y produce en la cuenca de Magallanes cubre el 7% de la demanda interna, debiendo importar más del 90%, siendo la principal fuente el petróleo producido en la cuenca de Neuquén, que cubre cerca del 50% de la demanda interna.

El marco regulatorio y el FEPP

El funcionamiento del mercado del petróleo y sus derivados descansa fundamentalmente en la determinación de los precios y en el rol de la ENAP.

La Comisión Nacional de Energía por su parte, determina semanalmente los precios de paridad de los combustibles y los precios de referencia de estos para efecto del FEPP, el cual podemos definir como el mecanismo que determina el porcentaje de las alzas en los precios del crudo importado que debería ser traspasado al público. El FEPP atenúa la variación de los precios pero no la evita.

Según la ley que lo creó, los combustibles sobre los que actúa son:

a.- las gasolinas automotrices.
b.- la nafta para gas de cañería.
c.- el kerosén de uso doméstico.
d.- el gas licuado.

El FEPP actúa sobre dos tipos de precios. Por una parte, sobre los precios de referencia y por otra, sobre los precios de paridad de importaciones.

El objetivo del FEPP es mitigar los impactos sobre los precios internos de los derivados del petróleo, producto de los cambios de precios del crudo a nivel internacional.
Sin embargo la tarea de enfrentar la incertidumbre de los mercados internacionales del crudo, no le corresponde a mecanismos de control de precios como el FEPP. Se requiere de medidas de política energética, en particular en lo referido al petróleo, con visiones de carácter estratégico, pues hoy estamos viviendo una profundización de nuestra dependencia del crudo importado.

Nuestro país requiere diversificar su matriz energética junto con fomentar el uso racional de los combustibles y desarrollar nuevas fuentes renovables de energía.

Finalmente se debe señalar, que en la definición de sentidos estratégicos de la cuestión energética nacional, es de primer orden la reorientación del rol de la ENAP, que hoy actúa como regulador informal y promotor de desarrollo del sector, que siendo un sector en constante movimiento, requiere por parte de la empresa estatal de un mayor dinamismo tanto en la búsqueda de la asociación con privados , así como de la internacionalización de sus actividades y de las correspondientes articulaciones horizontales y verticales en el mercado.

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